Muchas acepciones negativas se le han atribuído a
Benzema desde su llegada a Madrid. Al francés se le ha tachado de ser un
vividor, un jugador sin compromiso y de no esforzarse lo suficiente. Anoche
volvió a demostrar que cuando está, es un futbolista diferencial. Y consigue elevar
el nivel del equipo capitalino a altares en los que hasta ahora solo parecían
moverse el Bayern de Guardiola y el PSG de Ibrahimovic. La exhibición de Karim
catapultó a la escuadra visitante a lograr una goleada única que reafirma el excelso
estado de forma del equipo merengue y de su trío atacante.
Es evidente que enfrente se encontraba un rival que
bastante ha hecho llegando hasta los octavos de final. El Schalke 04 tiene
cosas interesantes. La profundidad por los costados y la eficacia goleadora de
Huntelaar están fuera de toda duda. Con eso le llega para ir superando
contrincantes en la Bundesliga, pero cuando enfrente está un conjunto de la
enjundia de este Real Madrid, esas armas como única baza resultan ridículas. Si
a esto se le suma que los centrocampistas nunca tuvieron claro si estirarse o
resguardarse tenemos el resultado final de esta contienda.
Dispuso Ancelotti sobre el terreno de juego el once
de gala para la Liga de Campeones. La única duda suele estar en los laterales,
donde Marcelo parece ganar en jerarquía a Coentrao mientras Carvajal se turna
con Arbeloa en esta clase de encuentros. De nuevo, el equipo se parte con
Bale-Benzema-Cristiano haciendo la guerra por su cuenta. El Schalke lo confió
todo a su teórica superioridad por las bandas. La idea era que Meyer generase
un dos contra uno en los costados para que Farfán y Draxler pudiesen surtir de
envíos a uno de los mejores rematadores del mundo, Huntelaar. El resto, a tapar
huecos.
Comenzó dominante el Real Madrid. Posesión estéril
por la alta presión del rival, incomodando la salida del balón. No le molestaba
a los merengues, a quienes no parece importarles jugar en corto o meter envíos
en largo. Avisó la escuadra alemana con una internada de Farfán que cabeceó sin
potencia Huntelaar a los diez minutos. Fue toda la tregua que le dio el equipo
capitalino a los de Gelsenkirchen. Una combinación entre Bale y Cristiano le
cayó a Benzema, que pasaba por ahí, y el francés hizo el 0-1. Quisieron asustar
los de azul. No comprendieron que un león no se amilana frente a un ratón.
Entró por la derecha de nuevo Farfán y su centro se
lo comieron Ramos y Pepe. Draxler, a bocajarro, celebraba la igualada cuando
Casillas volvió a demostrar que tiene dotes de adivinador. El capitán sacó una
mano imposible para destruir el sueño del Schalke 04. Poco después Benzema le
robaba el cuero a Santana y asistía a Bale, que se deshizo de dos contrarios con
la facilidad de quien se sacude la solapa de la cazadora y anotó el segundo. A
partir de ahí pudo golear el Madrid, pero Cristiano quería dejar algo para el
segundo tiempo. Un zarpazo al poste y un mano a mano mal ejecutado del portugués
permitieron que el castigo no fuese de escándalo al entretiempo.
Tras el descanso volvieron a rebelarse los alemanes,
escenificado en un lanzamiento de Farfán que despejó Iker. Sacó la guillotina
Cristiano para solventar cualquier intento de golpe de estado. El portugués se
marchó de Matip con una de esas bicicletas que tanto le gustaban en su etapa en
Manchester y metió el tercero. Poco después Benzema combinó con Ronaldo, éste
se la devolvió de tacón y Karim hizo el 0-4. Con la eliminatoria sentenciada
bajó algo el ritmo el cuadro de Ancelotti, que por inercia siguió generando
oportunidades. Y, sobre todo, continuó sin concederlas.
Un balón recuperado por Pepe le sirvió a Ramos para
asistir a Bale, habilitado por milímetros, que acomodó el golpeo con el empeine
ante la salida de Färhmann. Pudo completar Cristiano el set, pero primero lo
evitó su mala puntería y después Karim, en su único error de la noche, al
arrebatarle al portugués un envío de Marcelo que solo tendría que empujar. Por
insistencia acabó metiendo el Madrid el sexto. Benzema se redimió de su fallo
anterior y dejó a Ronaldo mano a mano con el arquero. Esta vez no hubo errores.
Huntelaar quiso dejar patente su calidad en el tiempo añadido al enviar a la
escuadra una volea que acabó con el récord de Casillas.
El resultado final escenifica la abismal diferencia
que existió sobre el terreno de juego entre ambos contendientes. La idea de
Ancelotti de dejar a Bale, Benzema y Cristiano solos ante el peligro sigue dándole
mucho rédito al entrenador italiano. No se tiene claro todavía si el Real
Madrid quiere o no el esférico, pero esa cuestión no parece atormentar en
absoluto al técnico merengue. Con ese 4-3-3 en el que Modric y Di María están
muy pendientes de tapar los huecos parece haber encontrado su estilo el club
merengue. La solidez en ambas áreas es diferencial para una plantilla abocada
al éxito.
Al Schalke 04 le tocó la mala fortuna de bailar con
la más fea. El equipo alemán le habría presentado más batalla a la mayoría de
los demás conjuntos con los que podría haber quedado emparejado. Tiene
jugadores con mucha calidad, pero también una rigidez de su cuarteto defensivo
que le condena ante una escuadra de semejante explosividad ofensiva. Si
consigue pulir esos defectos y potenciar sus virtudes, puede convertirse en una
escuadra capaz de darle un susto a más de uno en un futuro no muy lejano.