lunes, 19 de mayo de 2014

Cuando el escudo llora

Hay futbolistas que pasan años y años en un club sin dejar su huella. Jugadores más o menos profesionales que no aportan nada reseñable a la historia de la entidad. Que, con el paso del tiempo, caen en el olvido. Otros tienen una impronta en el equipo. Son recordados durante lustros por lo que fueron y lo que consiguieron. Y, por último, hay futbolistas que son el club en su estado más puro. Tienen tal unión con la entidad, que llega un momento en el que pensar en uno equivale a evocar al otro. La eternidad les une a través de un lazo tan invisible como perceptible. Porque lo que representan, lo que sienten, lo que son, es lo mismo. No hay muchos de estos. Quini, Arconada, Baresi, Puyol, Giggs, Raúl, Zanetti... Espejos en los que mirarse. Como Patxi Puñal.

Nunca tendrá reconocimiento más allá de Navarra, y podrá pasear tranquilamente por las calles de Salamanca sin que nadie le pida un autógrafo. Pero eso no debería empequeñecer a quien hace tiempo se convirtió en una leyenda. Y a quien el destino le ha deparado un final de una crueldad propia de las tragedias griegas. Porque en un país en el que sólo importan el Real Madrid y el Barcelona, que la población futbolera entienda qué se siente cuando el equipo de tu vida desciende en la última jornada suena a utopía. Perder un partido jode, una final duele hasta el llanto, pero la categoría... No hay palabras en el diccionario para explicarlo.

Por eso ver a Puñal desconsolado sobre el césped de El Sadar le da a uno ganas de llorar. Porque no es justo que alguien como él se tenga que marchar de esta manera. Una persona con ese pundonor, con esa integridad, con ese carácter. En parte tiene cierto sentido poético. El Osasuna desciende porque pierde su alma, su corazón y su pulmón, sin los que nunca se habría mantenido en Primera División. Sin todos los valores que aúna su eterno capitán no habrían jugado una final de la Copa del Rey, ni se habrían clasificado para la Liga de Campeones, ni habrían llegado a unas semifinales de la UEFA. Nada habría sido posible sin la fe de Puñal.

El Osasuna se queda ahora huérfano  Se ha ido el mejor representante posible de Pamplona y Tajonar, protagonista de un cántico sencillo pero eficaz. Como él. "No podrán parar a Patxi Puñal". A Puñal no lo paró nadie, excepto él mismo cuando creyó que no podía hacer más por su club. El anuncio de su despedida evidencia quién es él. Un comunicado en la web de la entidad. Sin ruedas de prensa ni revuelos mediáticos. Al Osasuna le queda ahora un duro retorno a la máxima categoría. Si quiere volver pronto a Primera División, hay una pregunta que deberá hacerse antes de dar cada paso. ¿Qué haría Patxi Puñal?

jueves, 15 de mayo de 2014

Nicolás y Federico

El fútbol se basa en las asociaciones. En los jugadores que se entienden, que se buscan y que se encuentran. En los talentos que convergen. En los compañeros que se conocen y se saben de memoria los movimientos de los demás. Por ello cuando uno piensa en la temporada 13/14 del Sevilla en seguida se le vienen a la mente los nombres de Ivan Rakitic y de Carlos Bacca. El que carga el rifle y el que lo dispara. El croata, canalizador del juego andaluz, ha encontrado en el colombiano al socio idóneo. Un delantero que aúna desmarque, velocidad y regate en carrera. El clásico estilete que mejora exponencialmente su rendimiento con un mediapunta que busque sus desmarques con constancia.

Quizás por ello en Turín parecía que las opciones del Sevilla pasaban en gran parte por Rakitic y Bacca. Puede que esa obsesión por la conexión entre ambos le ayudase al croata a recibir el galardón a mejor jugador del partido. Un premio más de cara a la galería, más de cara a honrar su participación global en la Europa League que a condecorar la actuación de Ivan en la final. Porque los héroes estuvieron unos metros más retrasados. Además de Beto, que pasará a la historia por una actuación en la tanda de penaltis tan fundamental como polémica, de los de Unay Emery se deben destacar dos nombres: Nicolás Pareja y Federico Fazio. Los héroes de la final.

Existe una tendencia, bastante comprensible, a fijarse más en el ataque que en la defensa, a recordar más las ocasiones a favor que las recibidas. Por eso es más que probable que de aquí a unos años la gente se acuerde de Rakitic, de Bacca y quizás de Beto. Pero no de Pareja y Fazio. Los centrales del Sevilla han aguantado todos los uno contra uno ante Rodrigo y Rodrigo Lima, no siendo superados en ninguna ocasión en este apartado, algo que durante un asedio de 120 minutos es más que encomiable. Además, taponaron varios disparos dentro del área, sacando incluso un par bajo los palos con Beto ya batido.

Quizás la actuación global de Pareja estuvo ligeramente por encima de la de Fazio, pero el caso es que ambos rayaron a un nivel difícil de igualar. Se trataron en la previa muchos aspectos y este quedó totalmente en segundo plano. Y es probable que en los días venideros siga siendo así. El caso es que el Benfica llegó más, disparó más y mereció más. Y si de los 15 disparos que realizaron entre los tres palos 9 fueron taponados fue gracias a los centrales del Sevilla, que desviaron más lanzamientos que Beto. Sobre todo en una segunda parte de ensueño para ambos zagueros, cuya figura se agigantaba tras cada acierto. Los portugueses soñarán con Bela Guttman una vez más, pero en sus pesadillas se colarán, aunque sea en una esquina, Nicolás Pareja y Federico Fazio. Cosas del subconsciente.

miércoles, 16 de abril de 2014

La dualidad temporal de Martino

El tiempo efectivo de un partido son los minutos en los que el juego no está interrumpido por alguna acción antirreglamentaria o el balón no ha salido de los límites del campo. Ese tiempo efectivo acostumbra a rondar los 55-60 minutos de un partido, el resto son "pérdidas" de tiempo. Teniendo en cuenta ese periodo en el que el esférico está en juego, se vio una estadística en el Nuevo los Cármenes descomunal. El Barcelona metió un centro al área prácticamente una vez por minuto. Si sólo se cuentan los momentos en los que los blaugrana tuvieron el cuero, el porcentaje supera el envío por minuto. Un dato revelador.

Nadie puede asegurar que los azulgrana merecieron perder en Granada. Por ocasiones, debieron sacar al menos una igualada que les habría mantenido dependiendo de sí mismos de cara al título liguero. Lo que dolió no fue tanto el empate como la evidente traición a un estilo considerado el único camino para estos jugadores. Tras una temporada en el que varios futbolistas han dejado claro que había más formas de jugar, el sábado en el tramo final del encuentro se abrazaron a la casta, la épica y el orgullo, unos dioses con los que su religión no comulga.

Martino ha sido criticado y alabado, dependiendo del sector, por haber conseguido que sus hombres abarcasen más facetas y poder ser un día dominadores y al siguiente contragolpeadores. Sin embargo, parece que el Barça ha pasado de moverse bien con la constante metamorfosis a dejar de controlar ninguno de los estilos. En Granada sorprendió que un equipo tan talentoso lo dejase todo en manos de cazar algún centro. Como si fuese incapaz de generar oportunidades por otro camino. Un tanto descorazonador.

Gerardo Martino ha representado a lo largo de la temporada el pasado y el futuro. Lo que se ha sido y lo que se pretende, mejor dicho se puede pretender, ser. Una tarea excesiva para una sola persona. En las ruedas de prensa sigue manteniendo las formas y haciendo bromas, pero sobre el terreno de juego se le ve incapaz, pidiendo auxilio con la mirada. Ahora es fácil señalar a un hombre que tiene la misma culpa, incluso menos, que sus jugadores y la directiva. Se dice que el año que viene estará Klopp en el banquillo, pero no parece que nadie se haya parado a pensar en el futuro. ¿Qué se quiere del Barcelona? ¿Se va a buscar la prolongación de un estilo como se parecía hacer, con muchas diferencias, hasta ahora? ¿O se va a romper definitivamente con el pasado en busca de otra cosa? Y, si es así, ¿Cuál es el nuevo sello de identidad que se va a buscar?

Suena muy bien lo de fichar al alemán, pero si viniese sería para variar el modo de jugar. Habría que olvidarse del famoso continuísmo con el que llegó Martino bajo el brazo. Sin entrar a valorar qué sería lo mejor, el hecho es que una entidad de la magnitud del Barcelona con un estilo históricamente, al menos desde la llegada de Cruyff, tan marcado a pesar de las enormes diferencias que hubo entre el "Dream Team", la época de Van Gaal, la de Rijkaard y la de Guardiola, no se puede abrazar al primer entrenador que encuentre, sea bueno o no. Debe decidir qué quiere antes de elegir a un entrenador que quizás no se adapte al perfil o que pueda tener otras ideas en la mente. Un debate profundo que lleve a un consenso. La pregunta es... ¿Se hará?

jueves, 10 de abril de 2014

El viejo león

La estructura social de los leones es fascinante. Forman manadas con una jerarquía propia de las grandes empresas del ser humano. Machos y hembras conviven juntos, pero siempre existe un mando por mucho que este sea cambiante. Cuando el líder empieza a dar muestras de vejez o incapacidad, es desplazado dentro del grupo e incluso puede llegar a ser expulsado del mismo, siendo condenado a vagar en soledad por una tierra que un día fue suya. En el Vicente Calderón se asistió a una de esas luchas por la jerarquía, en la que el león adulto al que en un tiempo no tan lejano pertenecía toda la sabana se vio desplazado por otro más joven, fuerte e inteligente. Que quizás se convierta en el nuevo rey de la selva.

Hace un año, el felino ayer derrotado sufrió un ataque casi mortal de otra manada del norte. Con el tiempo consiguió curar sus heridas y, pese a que era obvio que ya no estaba en condiciones de liderar y proteger al resto, se mantuvo al frente. A pesar de ser evidentes los achaques propios de la edad, seguía manteniendo el orgullo y la vitalidad justas para asestar algún zarpazo que evitase las dudas del resto. El del Santiago Bernabéu, el del Etihad Stadium, incluso la Supercopa ganada (sin ganar) ante este joven león dan buena muestra de ello.

Cuentan que en su momento llegó a ser el indiscutible rey de la selva. Que nadie se atrevía a discutir su supremacía. Hace ya tiempo que había perdido ese estatus pero al menos le quedaba la manada. En Madrid la perdió. El resto de animales de la selva ya lo veían venir. Aún así les fue imposible no sorprenderse con la actitud del león en su derrota. No luchó. Amagó con hacerlo, pero no se sabe por qué se quedó en eso, un amago. Agachó la cabeza y caminó lejos del resto, echando alguna mirada atrás contemplando aquello que un día fue suyo. Se dice que no ha aceptado su marcha y que planea volver y atacar al nuevo líder en cuanto este muestre algún síntoma de flaqueza. Que tenga cuidado, pues a su edad otra herida profunda podría acabar con su vida. Aunque viendo su estado actual, quizás sea lo mejor.

domingo, 6 de abril de 2014

Cuando eres el mejor

Nos gusta mucho, especialmente en el mundo del deporte, jerarquizar. Saber en todo momento quién es el primero, el segundo y el tercero. Nos entusiasma y, especialmente en el caso del fútbol, podemos pasarnos horas debatiendo sobre este ranking. A veces incluso hay quien se ve desbordado por la pasión y llega a perder los papeles. Sobre todo con alcohol de por medio. Al final, todo lo que se busca es llegar a algún tipo de consenso, que no es otra cosa que reforzar nuestra propia opinión, que ha podido sufrir alguna modificación durante la discusión. Se pretende definir quien es el mejor. ¿Por qué? Porque ser el mejor es lo que todo el mundo busca. Dentro y fuera del ámbito futbolístico.

"El Bayern de Munich es el mejor". Esta frase se lleva repitiendo desde que Guardiola llegó a Alemania. Quizás desde antes. Puede que ya con Heynckes se dijese en alguna ocasión, aunque el consenso nunca fue tan grande. Pero ser considerado el número uno por todo el planeta tiene desventajas. Si, existe un lado negativo. Y es lo que le está pasando al conjunto de Baviera. Mejor dicho, lo que quizás le suceda. Y no es otra cosa que la posibilidad de que todos sus éxitos y récords se infravaloren. Es decir, a día de hoy si el Bayern no lograse nada más que la Bundesliga, además de los títulos ya obtenidos (Supercopa de Europa y Mundial de Clubes), el primer año de Pep se vería como un absoluto fracaso. Curioso.

Porque la escuadra alemana es campeona oficiosa, oficial lo ha sido hace una semana y media, desde el mes de diciembre. Desde el día en el que el Bayer Leverkusen, único equipo que parecía seguir la estela de los de Munich, encadenó su segunda derrota consecutiva al perder en el campo del Werder Bremen. Los diez puntos de desventaja sobre el líder parecían una rémora imposible de superar. Desde entonces, la duda ha estado en cuándo sería campeón en conjunto de Guardiola. Ahora que lo es, cuesta festejar y darle importancia a un título cuyo vencedor estaba escrito desde hace meses.

La vista se ha desviado entonces hacia la DFB Pokal y la Liga de Campeones. En la primera competición están en semifinales, y en la segunda en cuartos de final. La lógica dice que se harán con ambos trofeos. Sin embargo, como el fútbol no entiende de estas lides, la realidad es que, aún sabiendo todos que es el mejor, nadie puede asegurar que esto sucederá tal y como se supone que pasará. Además, cuenta con la desventaja de que, siendo el mejor, quedar segundo no es un consuelo. Es un fracaso. No le serviría, pues, excusarse en un mal partido. Ni en otro tipo de factores externos.

La duda es: ¿Dónde está el límite? ¿Cuál es la frontera que permitirá a Guardiola salir triunfante de su primera temporada en la Bundesliga? ¿Le bastará solo con la DFB Pokal además de la Bundesliga? ¿O se le exige la Liga de Campeones? ¿Y qué pasará si se convierte en campeón de Europa pero no consigue conquistar la Copa en una final ante, por ejemplo, el Borussia Dortmund? ¿Sería un fracaso al no ser capaz de repetir el triplete que sí logró Jupp Heynckes? De momento, en esto no hay consenso.

viernes, 28 de marzo de 2014

Detalles

El martes, dos días después del Clásico, compareció Ancelotti en rueda de prensa. Entre las habituales preguntas y respuestas sin relación con el fútbol, hubo una declaración que me llamó mucho la atención. El entrenador italiano habló de que el partido no se decidió por una razón en concreto, sino que lo perdieron por detalles. Sin ser consciente de ello, el técnico madridista estaba hablando de la clave que la mayoría de las veces marca la diferencia entre el éxito y el fracaso en el fútbol. También sucede en la vida. Hay quien habla de azar, de suerte. Hay quien incluso utiliza la palabra destino. Para Ancelotti, fueron detalles.

Santiago Bernabeu, minuto 26 del Clásico. El Real Madrid tiene a su rival contra las cuerdas tras remontar el gol de Iniesta. Con 2-1 en el marcador, Benzema recibe un centro desde la izquierda y su remate lo saca Piqué bajo los palos. Detalles. Ramón Sánchez Pizjuán, minuto 43 de encuentro. El Sevilla está consiguiendo un empate a unos con una única aproximación de peligro. Un pase de Illarramendi le llega demasiado justo a Cristiano, y su remate pega en el palo y bota delante de la línea de gol. En lugar de avanzar, se detiene allí mismo. Detalles.

Año 2009. Vuelta de la semifinal de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Mallorca. Minuto 50 de partido. Cáceres derriba a Gonzalo Castro en el área y es expulsado con 1-0 en el marcador. Desde los once metros, tiene Martí la opción de igualar la eliminatoria y jugar más de media hora contra uno menos. Los azulgranas están dejando una sensación de inferioridad asombrosa. Pinto detiene el penalti y salva al Barcelona. Detalles. Partido de vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones. Tiempo añadido. El equipo de Guardiola está jugando su peor encuentro hasta el momento ante un Chelsea que se ve en la final. Mal centro de Alves, peor control de Eto´o, dejada forzada de Messi... E Iniesta. Detalles.

Verano del 2010. En los cuartos de final, España está sufriendo para superar a Paraguay. En el minuto 58, el árbitro señala un agarrón en el área de Piqué. Desde los once metros, Cardozo puede meter un gol del que en aquel momento no se sabe cómo se habría repuesto la selección de Del Bosque. Casillas lo detiene. Detalles. Final del Mundial de Sudáfrica. Minuto 83. Sneijder mete un pase en profundidad para la carrera de Robben. Recoge el balón, encara, y pudiendo marcar de mil y una maneras, estrella su disparo contra el cuerpo de Iker. Detalles.

El Barcelona podría no haber ganado aquel triplete. Ni España el Mundial. Al igual que el Real Madrid podría haber ganado la Liga esta temporada, algo que parece una utopía que suceda ahora mismo. ¿Es justo? No creo que lo sea ni que no lo sea. Hay equipos que parecen tener un poder superior de su parte, como si el destino les amparase. El equipo de Ancelotti tiene sus carencias. También las tenía aquel Barcelona y la selección. La diferencia estuvo en los detalles y contra eso Carletto poco puede hacer. En ocasiones, las cosas suceden sin una razón. Esta parece ser una de ellas.

jueves, 20 de marzo de 2014

Miércoles de resurrección

"Dios aprieta, pero no ahoga", pensaba David Moyes mientras caminaba hacia el túnel de vestuarios. Su equipo, tras deambular toda la temporada sumido en una especie de coma hasta ahora irreversible, volvió a abrir los ojos. Es posible que haya sido solo un espasmo. Una respuesta a un estímulo externo que se quede en una anécdota. En cualquier caso, tras recibir el pasado domingo el último disparo en el pecho, el paciente parece haber despertado. Lo extraño es que la mejoría no responde a ninguna medicina. Tras toda la campaña en declive, sin razón aparente el comatoso ha decidido luchar. Cuando su médico, que no acaba de mostrarse optimista, parecía darlo todo por perdido, el enfermo se recupera. La magia de la vida. Y la del fútbol.

Este deporte está rodeado de una mística que muchas veces supera cualquier tipo de lógica. El "Teatro de los Sueños" se ha convertido este año en una tumba que ha visto a su equipo perder las dos competiciones coperas. Ha asistido a humillaciones públicas, algunas ante rivales de medio pelo, y tras el esperpento visto ante el Liverpool, todo parecía listo para ver cómo desconectaban a su querido United del respirador que le mantenía vivo. Y entonces, despertó. Se dieron una serie de condiciones, entre las que hay que destacar  la fortuna, pero el muerto ha vuelto a la vida. Sin hacer nada del otro mundo, los hombres de David Moyes se han metido en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Todo apunta a que ese es su límite. El tiempo dirá.

Hay quien le atribuye el mérito a Van Persie, quien considera que el hombre más importante de los de Manchester fue Wayne Rooney y quien diga que sin la actuación de De Gea nada de esto habría sido posible. A ninguno le falta razón. Pero al final, la clave estuvo en la fe. La creencia en que el sueño imposible no lo era tanto. Apelando a la épica, aquello en lo que basan sus argumentos los grandes equipos cuando no están en disposición de hablar de fútbol. Para ello, Moyes metió a Giggs en el once con la esperanza de que el altísimo le concediese un respiro. Implorando al cielo para prolongar la carrera europea del galés un par de semanas más. Le salió la jugada al escocés.

El United no hizo nada para meter tres goles, pero el Olympiakos sí lo hizo para encajarlos. Un error de Holebas y otro de Roberto, ya sea en la colocación de la barrera o en perder de vista el balón, fueron el principio y el final de la remontada. Los de Old Trafford fueron superiores en las áreas. Una cualidad en la que Ferguson cimentó la conquista de su última Premier League. Y en la que quizás debería incidir Moyes de cara a los que queda de temporada. Unas hipotéticas semifinales le darían un crédito sobre el que cimentar su próximo proyecto. Se huele una renovación profunda en Manchester este verano. La duda reside en si es el ex del Everton quien debe afrontarla.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Karim apunta a Lisboa


Muchas acepciones negativas se le han atribuído a Benzema desde su llegada a Madrid. Al francés se le ha tachado de ser un vividor, un jugador sin compromiso y de no esforzarse lo suficiente. Anoche volvió a demostrar que cuando está, es un futbolista diferencial. Y consigue elevar el nivel del equipo capitalino a altares en los que hasta ahora solo parecían moverse el Bayern de Guardiola y el PSG de Ibrahimovic. La exhibición de Karim catapultó a la escuadra visitante a lograr una goleada única que reafirma el excelso estado de forma del equipo merengue y de su trío atacante.

Es evidente que enfrente se encontraba un rival que bastante ha hecho llegando hasta los octavos de final. El Schalke 04 tiene cosas interesantes. La profundidad por los costados y la eficacia goleadora de Huntelaar están fuera de toda duda. Con eso le llega para ir superando contrincantes en la Bundesliga, pero cuando enfrente está un conjunto de la enjundia de este Real Madrid, esas armas como única baza resultan ridículas. Si a esto se le suma que los centrocampistas nunca tuvieron claro si estirarse o resguardarse tenemos el resultado final de esta contienda.

Dispuso Ancelotti sobre el terreno de juego el once de gala para la Liga de Campeones. La única duda suele estar en los laterales, donde Marcelo parece ganar en jerarquía a Coentrao mientras Carvajal se turna con Arbeloa en esta clase de encuentros. De nuevo, el equipo se parte con Bale-Benzema-Cristiano haciendo la guerra por su cuenta. El Schalke lo confió todo a su teórica superioridad por las bandas. La idea era que Meyer generase un dos contra uno en los costados para que Farfán y Draxler pudiesen surtir de envíos a uno de los mejores rematadores del mundo, Huntelaar. El resto, a tapar huecos.

Comenzó dominante el Real Madrid. Posesión estéril por la alta presión del rival, incomodando la salida del balón. No le molestaba a los merengues, a quienes no parece importarles jugar en corto o meter envíos en largo. Avisó la escuadra alemana con una internada de Farfán que cabeceó sin potencia Huntelaar a los diez minutos. Fue toda la tregua que le dio el equipo capitalino a los de Gelsenkirchen. Una combinación entre Bale y Cristiano le cayó a Benzema, que pasaba por ahí, y el francés hizo el 0-1. Quisieron asustar los de azul. No comprendieron que un león no se amilana frente a un ratón.

Entró por la derecha de nuevo Farfán y su centro se lo comieron Ramos y Pepe. Draxler, a bocajarro, celebraba la igualada cuando Casillas volvió a demostrar que tiene dotes de adivinador. El capitán sacó una mano imposible para destruir el sueño del Schalke 04. Poco después Benzema le robaba el cuero a Santana y asistía a Bale, que se deshizo de dos contrarios con la facilidad de quien se sacude la solapa de la cazadora y anotó el segundo. A partir de ahí pudo golear el Madrid, pero Cristiano quería dejar algo para el segundo tiempo. Un zarpazo al poste y un mano a mano mal ejecutado del portugués permitieron que el castigo no fuese de escándalo al entretiempo.

Tras el descanso volvieron a rebelarse los alemanes, escenificado en un lanzamiento de Farfán que despejó Iker. Sacó la guillotina Cristiano para solventar cualquier intento de golpe de estado. El portugués se marchó de Matip con una de esas bicicletas que tanto le gustaban en su etapa en Manchester y metió el tercero. Poco después Benzema combinó con Ronaldo, éste se la devolvió de tacón y Karim hizo el 0-4. Con la eliminatoria sentenciada bajó algo el ritmo el cuadro de Ancelotti, que por inercia siguió generando oportunidades. Y, sobre todo, continuó sin concederlas.

Un balón recuperado por Pepe le sirvió a Ramos para asistir a Bale, habilitado por milímetros, que acomodó el golpeo con el empeine ante la salida de Färhmann. Pudo completar Cristiano el set, pero primero lo evitó su mala puntería y después Karim, en su único error de la noche, al arrebatarle al portugués un envío de Marcelo que solo tendría que empujar. Por insistencia acabó metiendo el Madrid el sexto. Benzema se redimió de su fallo anterior y dejó a Ronaldo mano a mano con el arquero. Esta vez no hubo errores. Huntelaar quiso dejar patente su calidad en el tiempo añadido al enviar a la escuadra una volea que acabó con el récord de Casillas.

El resultado final escenifica la abismal diferencia que existió sobre el terreno de juego entre ambos contendientes. La idea de Ancelotti de dejar a Bale, Benzema y Cristiano solos ante el peligro sigue dándole mucho rédito al entrenador italiano. No se tiene claro todavía si el Real Madrid quiere o no el esférico, pero esa cuestión no parece atormentar en absoluto al técnico merengue. Con ese 4-3-3 en el que Modric y Di María están muy pendientes de tapar los huecos parece haber encontrado su estilo el club merengue. La solidez en ambas áreas es diferencial para una plantilla abocada al éxito.

Al Schalke 04 le tocó la mala fortuna de bailar con la más fea. El equipo alemán le habría presentado más batalla a la mayoría de los demás conjuntos con los que podría haber quedado emparejado. Tiene jugadores con mucha calidad, pero también una rigidez de su cuarteto defensivo que le condena ante una escuadra de semejante explosividad ofensiva. Si consigue pulir esos defectos y potenciar sus virtudes, puede convertirse en una escuadra capaz de darle un susto a más de uno en un futuro no muy lejano.

miércoles, 29 de enero de 2014

La sonrisa de un guaje

Lo bueno de tocar fondo es que solo se puede ir hacia arriba. Es lo único positivo de la eliminación del United de la Copa de la Liga el pasado miércoles. Los de David Moyes se imponían por un gol a cero contra el Sunderland en los 90 minutos, tras perder 2-1 en la ida. En la prórroga, anotaban los de Gustavo Poyet antes de que Chicharito enviase in extremis el choque a la tanda de penalties. Desde los once metros los red devils se empeñaron en demostrar que esta no será su temporada, errando cuatro de sus cinco lanzamientos. Y el Sunderland se clasificó para la final de la Copa de la Liga que le enfrentará contra el Manchester City. El United, fuera de la FA Cup, a 14 puntos (uno menos ahora) del líder y vivo en Champions aunque sabedor de que está muy lejos de ser considerado como una escuadra con muchas opciones de alzarse con la orejona, desperdiciaba su penúltima bala. Su penúltima opción de conquistar algún título este curso. No es la última porque aunque el tiro que le queda está dentro de un arma ahora mismo encasquillada, siempre puede llegar a acertar en el blanco. Aunque sea por casualidad. Así ganó el Chelsea una Champions.

David Moyes tiene una plantilla con muchas carencias. Se podía prever que su primera temporada no sería de tránsito agradable para los aficionados. Más, cuando cerrado el mercado de fichajes daba la sensación de no haber resuelto sus grandes problemas. Fellaini no respondía al perfil de centrocampista que necesitaba el conjunto mancuniano. Al menos habían retenido a Wayne Rooney, debió pensar alguno. No les faltaba razón. Por eso ayer debió ser un día para el optimismo. Uno de esos que pueden marcar un punto de inflexión para los pupilos del técnico escocés. Por tres razones, que forman una: las altas de su equipo. Juan Mata, Wayne Rooney y Robin Van Persie han llegado de la mano. Un fichaje, dos recuperados de sus lesiones. Al principio de la temporada se señalaba tanto al holandés como al ex del Everton como los futbolistas más determinantes del club. Las continuas lesiones han lastrado no tanto su rendimiento como su influencia debido a los escasos partidos que han podido disputar juntos. Ahora, es su momento.

Ha habido alguna crítica con la llegada de Mata. Es evidente que no responde al perfil de centrocampista que parece necesitar el United. Eso es innegable. Tanto como que esto no menguará la ilusión que produce la llegada del nuevo 8 del equipo. La necesidad de traer al burgalés criado en Oviedo es comparable a la necesidad que nos generan las navidades. Compramos cosas que no necesitamos pero que sí nos tienen una utilidad de cara al futuro. En Old Trafford no necesitaban a Mata, no era un fichaje absolutamente indispensable. Eso no quiere decir que no le vaya a dar un salto de calidad al cuadro de David Moyes. Hay quien ya fantasea con ese 4-2-3-1 con Mata-Rooney-Januzaj por detrás de RvP. La victoria ante el Cardiff City fue gris. Con Juanín y el holandés como titulares. No brilló el flamante fichaje mancuniano. Tampoco importó. La ilusión que desprende su llegada es mucho más trascendental. La sensación de que es factible arreglar la campaña sobrevuela el Teatro de los sueños. Y ese sentimiento, esa emoción, esa ilusión es algo que no se paga con dinero. La fe no se compra.

lunes, 2 de diciembre de 2013

La incompatibilidad de Xavi

Hace ya un tiempo que vengo pensando esto. Y en el tramo final de la temporada pasada me terminó de quedar claro. Puede que escribir estas líneas ahora me haga quedar como un oportunista. Es cierto. Pero espero que eso sea un condicionante para lo que voy a escribir en estas líneas. Esta tarde-noche, el Barcelona ha caído en San Mamés. Históricamente no es algo descabellado. Incluso por el tema de las bajas, y viendo que de momento el Athletic está fuerte como local, es un tropiezo relativamente comprensible. Sabiendo que es imposible ganarlo todo, una derrota en una cancha así es más lógico que perder por ejemplo en el Benito Villamarín o el Estadio de los Juego Mediterráneos. Ahora bien. También lo es que la derrota y sobre todo las malas sensaciones en el Amsterdam Arena sumadas al haber perdido esta tarde-noche pueda resultar preocupante. Sobre todo por el hecho de que en ambos encuentros la derrota se puede acatar (al menos yo lo veo así) principalmente a un déficit de intensidad en comparación con su rival. Ese déficit se vio durante los 45 primeros minutos de juego en Amsterdam elevado a su máximo exponente. En el descanso de aquel choque mucha gente se acordó de la eliminatoria contra el Bayern.

Cuando estaba Guardiola, existían partidos en los que el rival era mucho más intenso. Y que intentaba "confundir" a los de azul y grana y les invitaba a jugar a lo mismo. Recuerdo por ejemplo un 5-2 contra el Atlético de Madrid el año de Ibra en el que cayó en la trampa. Aquel Atlético, todo hay que decirlo, no tenía nada que ver con el de ahora. Y salió goleado por la cantidad de errores defensivos que cometió. Al final, Guardiola comentó que no estaba contento porque no habían controlado el partido. Las estadísticas así lo recuerdan. El cuadro colchonero llegó más, tiró más, tuvo más saques de esquina e incluso le "disputó" la posesión aunque no se la ganó (tuvo poco más de un 40%). Ya sé que la posesión no tiene nada que ver con tener el control o no ni es indicativo de falta de intensidad. Pero como dato en este caso es curioso.

Y cuando el Barcelona comenzó a entrar, ya con Tito Vilanova, en esos partido más abiertos. Con una mayor verticalidad, controlando menos y concediendo más para aprovechar defensas adelantadas y conseguir entre otras cosas que Messi se hinchase a meter goles. Entonces Xavi empezó a ser menos importante. No voy a entrar en el debate de si está acabado o no, porque me parece una tontería. Pero si voy a entrar en otro. Yo creo que para el de Terrasa el mejor modelo de juego a nivel personal era el de Guardiola. El que mejor le iba. Los rivales apelotonados y el Barça jugando al frontón. Ahí él era el amo del cotarro. Marcaba el ritmo y dirigía a sus compañeros con la pelota. Ahora la historia es muy diferente, sobre todo en días como este. Si el Tata intuye (es su trabajo) como va a jugar el Athletic y qué tipo de partido se va a desarrollar sobre el terreno de juego, hoy no debería haberle dado la titularidad a Xavi.

Hace ya tiempo que le pasa. Solo que cada punto comienza a ser más evidente. Quizás sea cierto que físicamente está en decadencia, eso no lo puedo saber porque no le he visto entrenar. En días como hoy, en los el balón atraviesa bastantes veces el centro del campo por vía aérea y en el que el ritmo es muy alto, el de Terrasa no es útil. Tampoco quiero decir que sea un despojo. Pero no es un jugador que vaya a ganar una disputa por alto, o que salga triunfal en un balón dividido. Esas no son precisamente sus cualidades. Y si prevés que el choque va a ser como el de hoy, algo que no era difícil de augurar, quizás haya que pensar en no meterle de inicio. Si tu idea es la de dominar, la de controlar el juego, entonces sí. Contra el Ajax fue muy evidente. Hoy lo ha vuelto a ser. Porque además defensivamente tampoco aporta demasiado. Yo hoy le he visto bastante perdido. Contra el Ajax también. Y en muchos otro partidos desde hace un año.

Pero ojo, no veo un problema de actitud ni mucho menos. Le pasó lo mismo el último año de Rijkaard, que el equipo no sabía a qué jugaba y a él se le veía perdido. Xavi es de los mejores del mundo jugando un rol determinado. Pero no es un futbolista intenso. Por supuesto que puede jugar partidos con mucha intensidad. Pero si sus compañeros le permiten mantener ese rol. Ahora bien, si los otros 9 jugadores de campo van a ir a la guerra por así decirlo, entonces el 6 se pierde. Iniesta no lo hace porque es desequilibrio puro. Para Busquets representa más trabajo, pero su rol sigue siendo el mismo. Cesc se siente cómodo jugando así. Al igual que Messi, Alexis o Neymar. Pero Xavi no. Él no es compatible con este estilo. Por eso creo que habría que empezar a pensar detenidamente en qué partidos debería jugar y cuales no. Obviamente contra el Athletic no se ha perdido por este factor. Han sido muchos más. Este es solo uno de ellos. Y creo que se empezará a hablar de si está acabado o no, y que qué le pasa. Y no creo que le pase nada malo a nivel futbolístico. Simplemente no le dejan jugar a lo que él sabe.