jueves, 15 de mayo de 2014

Nicolás y Federico

El fútbol se basa en las asociaciones. En los jugadores que se entienden, que se buscan y que se encuentran. En los talentos que convergen. En los compañeros que se conocen y se saben de memoria los movimientos de los demás. Por ello cuando uno piensa en la temporada 13/14 del Sevilla en seguida se le vienen a la mente los nombres de Ivan Rakitic y de Carlos Bacca. El que carga el rifle y el que lo dispara. El croata, canalizador del juego andaluz, ha encontrado en el colombiano al socio idóneo. Un delantero que aúna desmarque, velocidad y regate en carrera. El clásico estilete que mejora exponencialmente su rendimiento con un mediapunta que busque sus desmarques con constancia.

Quizás por ello en Turín parecía que las opciones del Sevilla pasaban en gran parte por Rakitic y Bacca. Puede que esa obsesión por la conexión entre ambos le ayudase al croata a recibir el galardón a mejor jugador del partido. Un premio más de cara a la galería, más de cara a honrar su participación global en la Europa League que a condecorar la actuación de Ivan en la final. Porque los héroes estuvieron unos metros más retrasados. Además de Beto, que pasará a la historia por una actuación en la tanda de penaltis tan fundamental como polémica, de los de Unay Emery se deben destacar dos nombres: Nicolás Pareja y Federico Fazio. Los héroes de la final.

Existe una tendencia, bastante comprensible, a fijarse más en el ataque que en la defensa, a recordar más las ocasiones a favor que las recibidas. Por eso es más que probable que de aquí a unos años la gente se acuerde de Rakitic, de Bacca y quizás de Beto. Pero no de Pareja y Fazio. Los centrales del Sevilla han aguantado todos los uno contra uno ante Rodrigo y Rodrigo Lima, no siendo superados en ninguna ocasión en este apartado, algo que durante un asedio de 120 minutos es más que encomiable. Además, taponaron varios disparos dentro del área, sacando incluso un par bajo los palos con Beto ya batido.

Quizás la actuación global de Pareja estuvo ligeramente por encima de la de Fazio, pero el caso es que ambos rayaron a un nivel difícil de igualar. Se trataron en la previa muchos aspectos y este quedó totalmente en segundo plano. Y es probable que en los días venideros siga siendo así. El caso es que el Benfica llegó más, disparó más y mereció más. Y si de los 15 disparos que realizaron entre los tres palos 9 fueron taponados fue gracias a los centrales del Sevilla, que desviaron más lanzamientos que Beto. Sobre todo en una segunda parte de ensueño para ambos zagueros, cuya figura se agigantaba tras cada acierto. Los portugueses soñarán con Bela Guttman una vez más, pero en sus pesadillas se colarán, aunque sea en una esquina, Nicolás Pareja y Federico Fazio. Cosas del subconsciente.

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