domingo, 6 de abril de 2014

Cuando eres el mejor

Nos gusta mucho, especialmente en el mundo del deporte, jerarquizar. Saber en todo momento quién es el primero, el segundo y el tercero. Nos entusiasma y, especialmente en el caso del fútbol, podemos pasarnos horas debatiendo sobre este ranking. A veces incluso hay quien se ve desbordado por la pasión y llega a perder los papeles. Sobre todo con alcohol de por medio. Al final, todo lo que se busca es llegar a algún tipo de consenso, que no es otra cosa que reforzar nuestra propia opinión, que ha podido sufrir alguna modificación durante la discusión. Se pretende definir quien es el mejor. ¿Por qué? Porque ser el mejor es lo que todo el mundo busca. Dentro y fuera del ámbito futbolístico.

"El Bayern de Munich es el mejor". Esta frase se lleva repitiendo desde que Guardiola llegó a Alemania. Quizás desde antes. Puede que ya con Heynckes se dijese en alguna ocasión, aunque el consenso nunca fue tan grande. Pero ser considerado el número uno por todo el planeta tiene desventajas. Si, existe un lado negativo. Y es lo que le está pasando al conjunto de Baviera. Mejor dicho, lo que quizás le suceda. Y no es otra cosa que la posibilidad de que todos sus éxitos y récords se infravaloren. Es decir, a día de hoy si el Bayern no lograse nada más que la Bundesliga, además de los títulos ya obtenidos (Supercopa de Europa y Mundial de Clubes), el primer año de Pep se vería como un absoluto fracaso. Curioso.

Porque la escuadra alemana es campeona oficiosa, oficial lo ha sido hace una semana y media, desde el mes de diciembre. Desde el día en el que el Bayer Leverkusen, único equipo que parecía seguir la estela de los de Munich, encadenó su segunda derrota consecutiva al perder en el campo del Werder Bremen. Los diez puntos de desventaja sobre el líder parecían una rémora imposible de superar. Desde entonces, la duda ha estado en cuándo sería campeón en conjunto de Guardiola. Ahora que lo es, cuesta festejar y darle importancia a un título cuyo vencedor estaba escrito desde hace meses.

La vista se ha desviado entonces hacia la DFB Pokal y la Liga de Campeones. En la primera competición están en semifinales, y en la segunda en cuartos de final. La lógica dice que se harán con ambos trofeos. Sin embargo, como el fútbol no entiende de estas lides, la realidad es que, aún sabiendo todos que es el mejor, nadie puede asegurar que esto sucederá tal y como se supone que pasará. Además, cuenta con la desventaja de que, siendo el mejor, quedar segundo no es un consuelo. Es un fracaso. No le serviría, pues, excusarse en un mal partido. Ni en otro tipo de factores externos.

La duda es: ¿Dónde está el límite? ¿Cuál es la frontera que permitirá a Guardiola salir triunfante de su primera temporada en la Bundesliga? ¿Le bastará solo con la DFB Pokal además de la Bundesliga? ¿O se le exige la Liga de Campeones? ¿Y qué pasará si se convierte en campeón de Europa pero no consigue conquistar la Copa en una final ante, por ejemplo, el Borussia Dortmund? ¿Sería un fracaso al no ser capaz de repetir el triplete que sí logró Jupp Heynckes? De momento, en esto no hay consenso.

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